Cuando estaba en el bachillerato, conocí de lejos a un joven que estudiaba en la escuela ubicada justamente al lado de la mía. Yo suspiraba por ese chico, pero todo se quedó en eso porque en aquel entonces era una joven de 16 años sumamente tímida sumida en mis estudios que no conocía los métodos de cómo conquistar a alguien.
El tiempo pasó, todas mis amigas sabían de mi loco amor por ese joven de piel clara y ojos preciosos, cabello lacio y sonrisa que transporta a un mundo desconocido.
Nos graduamos del bachillerato, cada cual emigró hacia un rumbo diferente. Hoy, 13 años despues... gracias a los avances tecnológicos una casualidad nos puso en contacto nuevamente, tenemos una amiga en común y vi con asombro su correo en un mail general que ella envió a sus amigos.
Sin pensarlo lo agregé a mi messenger, empezamos a conversar y le confesé las locuras de aquel entonces. El se echaba a reír cada vez que le decía ¨pero muchachito tu eras mi amor platónico¨, nuestra conversaciones cada día entraban más en confianza y eran mucho más amenas hasta que despues de casi un mes de platica, fui en navidad a visitar a mi familia.
Habíamos pautado reunirnos, y como ya somos adultos y tengo la capacidad de expresar lo que deseo sin tabues y limitaciones, las cosas fueron más fáciles, sinceras y honestas de lo que jamás imaginé.
Un mensajito por el teléfono móvil le dejó saber que ya estaba en nuestra tierra natal, Puerto Plata, me preguntó que dónde andaba y le di teléfono y dirección de mi casa... se hizo un poco tarde, vi que no me llamaba y me fui a dar un paseo con mi mejor amiga de la infancia.
Pero en la noche apareció y le dije que me buscara en un lugar especifico, llegó en breves instantes y allí estaba mi amor platónico, aun más guapo de lo que yo recordaba, más hombre, más corpulento y más apetecible.
Le presenté a mi amiga y a su prima, seguido le pregunté que si me iba a llevar a pasear (esa era la idea), nos montamos en su carro, recorrimos el malecón de nuestor pueblo al cual le han hecho unos arreglos preciosos. Luego decidimos tomarnos una cerveza y finalizamos tomandonos dos botellas de vino (NO CREAN que me emborraché, estoy acostumbrada a tomar vino).
Conversamos toda la noche, asombrandonos de los conocidos en común que teníamos, riendonos de las ocurrencias del pasado y del presente y saludado a viejos amigos de los cuales tenía tiempo sin saber nada. Luego de haber compartido por más de cinco horas muy amenas, decidí que ya era hora de despedirnos, no tenía llave de mi casa y no quería trasnochar a mi madre.
Fuimos a comer algo y luego me depositó en casa. Allí nos quedamos un rato en el auto, le agradecí por la velada, la verdad es que la había pasado muy bien. Y que creen ustedes, estaba allí... frente a un chico por el cual suspiré toda mi adolescencia, no podía despedirlo sin probar aquello que se veía tan bien y que se había comportado como todo un caballero.
La despedida fueron largos y apasionados besos, y les aseguro que fueron tan placenteros que casi no me desmonto del vehículo, pero ya era tarde y tenía que culminar... los dos queríamos más, pero la vida a penas comienza y es bueno guardar un poco para el día siguiente...
Creo que los seres humanos somos capaces de realizar pequeños sueños que quedaron atrás, de RECOJERLOS y de hacerlos palpables, y hacer que en nuestra corta vida haya momentos de satisfacciones inolvidables.
Gracias amor platónico por una noche que no olvidaré y de la cual siento plena satisfacción, gracias por comportarte como lo hiciste y haberme permitido formar parte de tu vida por lo menos un día...gracias por ese abrazo que a veces es tan necesario... esperé 13 años para eso.
FELIZ NAVIDAD!!!!
AM