Miro atrás y recuerdo lo que siempre le toca a los hijos del medio: Empujar la carreta con sus propias manos y a veces sentirse desvalidos ante los nuevos retos, que generalmente les toca asumir solos.
Aunque en lo adelante estén rodeados de triunfadores y amigos colaboradores (porque suelen rodearse de personas que les aporten), entienden que han venido al mundo a resolver sus propios asuntos sin ser muy dependientes.
Pero impera una gran verdad… aunque los veas fuertes, realmente son débiles emocionalmente. Se sienten solos, añoran una ayuda, una compañía y un empujón hacia las metas a seguir.
A los niños Sándwich siempre les ha interesado contar con alguien y cuando encuentran apoyo lo valoran como a nada en el mundo. Puede mostrarse orgulloso, resistente, pero es sensible cuando se hace presente la impotencia.
Sin embargo, es importante resaltar, que la vida que le ha tocado agarrar con sus propias manos, la moldea a su favor y saca el mejor provecho de las oportunidades, sin importar lo difícil que parezca.
Adelaida Martínez R.
Periodista