Me comentaba una amiga bloguera, con la que tenía un tiempo sin hablar, que a su vida había llegado un nuevo amor, pero que tenía ciertas dudas en algunas cosas.
Me alegré por ella, porque es una joven que se caracteriza por la sencillez y se alegra con sinceridad del bien y los logros de los demás, a personas así nunca los deja solo su ángel de la guarda.
Le atormentaba la ausencia de llamadas continuas, pero las constantes visitas del enamorado tumbaban el argumento de desinterés que ella suponía.
- ¿Qué tiempo tienen? – le pregunté
- Una semana – me respondió
- ¡Una semana! - le he repetido asombrada – pero mujer, debes andar despacio y tomar las cosas con calma. Deja que la relación tome su forma, aun es muy temprano para exigir, recuerda que soltando: amarras.
- ¿cómo así? – me pregunta
- Es algo que ni siquiera se sabe a dónde irá a parar, el bebe está muy prematuro, deja que se conserve, cuando esté listo para salir de esa caja, entonces podrás darle de comer a su gusto, y mejor aun, podrás pedirle lo que necesitas y lo que sientes que hace falta. Si a estas alturas, en pleno proceso de formación, presentas un bombardeo de cosas y situaciones que ameritan un tiempo prudente, puede ser que ese bebe fallezca o se desarrolle inadecuadamente.
No hay nada mejor que dejar que las cosas tomen su rumbo, ganas tu y todo el que esté a tu alrededor, porque no te mortificas y dejas que cada ser sea como quiere ser, sin recriminaciones, sin chantajes psicológicos o emocionales, sencillamente dándole la oportunidad de que otros observen lo valiosa (o) que eres y lo mucho que puedes aportar en otras vidas.
Me alegré por ella, porque es una joven que se caracteriza por la sencillez y se alegra con sinceridad del bien y los logros de los demás, a personas así nunca los deja solo su ángel de la guarda.
Le atormentaba la ausencia de llamadas continuas, pero las constantes visitas del enamorado tumbaban el argumento de desinterés que ella suponía.
- ¿Qué tiempo tienen? – le pregunté
- Una semana – me respondió
- ¡Una semana! - le he repetido asombrada – pero mujer, debes andar despacio y tomar las cosas con calma. Deja que la relación tome su forma, aun es muy temprano para exigir, recuerda que soltando: amarras.
- ¿cómo así? – me pregunta
- Es algo que ni siquiera se sabe a dónde irá a parar, el bebe está muy prematuro, deja que se conserve, cuando esté listo para salir de esa caja, entonces podrás darle de comer a su gusto, y mejor aun, podrás pedirle lo que necesitas y lo que sientes que hace falta. Si a estas alturas, en pleno proceso de formación, presentas un bombardeo de cosas y situaciones que ameritan un tiempo prudente, puede ser que ese bebe fallezca o se desarrolle inadecuadamente.
No hay nada mejor que dejar que las cosas tomen su rumbo, ganas tu y todo el que esté a tu alrededor, porque no te mortificas y dejas que cada ser sea como quiere ser, sin recriminaciones, sin chantajes psicológicos o emocionales, sencillamente dándole la oportunidad de que otros observen lo valiosa (o) que eres y lo mucho que puedes aportar en otras vidas.
A todo ser humano nos gusta lo diferente, lo que nos aporte, lo que se involucre a nuestras vidas a su debido tiempo…
Observar el mar cuando está tranquilo nos da cierta paz y seguridad, sus olas se deslizan sigilosamente y con sus movimientos arrastran muchas posibilidades. Se toma su tiempo, viene hacia ti tranquilo, ligero, pero seguro y quisieras estar allí con ese mar y el vaivén de sus olas… la sensación que deja, es inolvidable.
Observar el mar cuando está tranquilo nos da cierta paz y seguridad, sus olas se deslizan sigilosamente y con sus movimientos arrastran muchas posibilidades. Se toma su tiempo, viene hacia ti tranquilo, ligero, pero seguro y quisieras estar allí con ese mar y el vaivén de sus olas… la sensación que deja, es inolvidable.
Sin embargo, cuando el mar anda aprisa, todo se transforma en un caos, sus olas chocan contra lo que encuentren, golpean, arrastran todo lo que está a su paso y no te da la oportunidad de apreciar su contenido, te asusta verlo en ese estado… y te ALEJAS…
Siempre he citado a Bucay en cuestiones del amor, no se debe ir tan aprisa, porque si avanzamos despacio, tenemos más tiempo para observar los pequeños detalles y corregir los errores. Todo en esta vida es un aprendizaje.
Todo a su tiempo...
Un abrazo!!!
Adelaida Martinez R.