Cuando alguien despierta en ti una pasión desenfrenada, es obvio que quieras estar cerca de esa persona, que le sueñes y que desees se manifiesten cosas muy ricas en un futuro no muy lejano.
Pero hay ocasiones “dependiendo el contexto”, en que las pasiones asustan porque se vuelven incontrolables hasta el punto de ser muy obvios sobre lo que desean y lo que sienten, y esto puede manifestarse en los pasillos y los lugares que frecuenten ambos.
Es imprescindible tratar de controlar la situación, pero también es entendible que hay momentos en los que no puede evitarse una sonrisa, una expresión de lo que quieres y lo que te provoca… es sencillamente dejar salir “el ser” en momentos en que la realidad choca con lo que se ha despertado en ti.
Un sentimiento compartido es lo mejor que nos puede pasar, pero hay que tomar en cuenta los riesgos, analizar la situación… y prever no perjudir a terceros, de los cuales a veces no tenemos ni siquiera conocimiento.
Saber jugar las cartas es necesario, si nos involucramos en algo que en su debido momento nos parece inevitable, debemos tener conciencia y certeza de lo que realmente tenemos. Es tu decisión.
Adelaida Martínez
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