A veces el norte se pierde por diversas razones, hasta que algo inesperado te despierta y te muestra de nuevo el camino y te dice: "Hey, despierta... hay que centrarse".
Una se pierde de cosas sencillas, pero importantes. La prisa y la vida medalaganaria tienen la culpa, pero esas cosas están porque le permitimos entrar... le damos permiso.
Los sueños están ahí, puedes tomar la decisión de dejar que sean solo eso... sueños, o convertirlos en realidad para que le agregues a tu paso por este mundo esa sensación de plenitud cuando logras una meta.
Hay tanto que aprender; tanto que valorar y apreciar, pero nosotros mismos nos condenamos a ese trajinar cotidiano que nos arrincona a vivir monótonamente... No debemos permitirlo, ojalá despertemos antes de que los años pasen y no hayamos dejado de hacer aquello que visualizamos, y que por un instante, nos provocó una sonrisa al sentirlo real.
La vida es tan simple y la hacemos tan complicada, que nos olvidamos de que solo debemos vivir para nosotros mismos, y así alegrarle la existencia a los demás...
Nos estaremos leyendo...
Un abrazo
AMR
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