El amor, el afecto o cualquier tipo de sentimiento… no deben forzarse, es algo que debe surgir por defecto (una mirada, una sonrisa, un detalle, una palabra…), por iniciativa propia, porque lo queremos, porque nos sentimos libres y a gusto con ese alguien que puede llegar a ser especial, no importa si de una manera breve, a largo plazo o para siempre, porque en definitiva, nada es predecible.
Las presiones, el empuje persistente puede enrumbar hacia la huida o peor aún: a crear una relación en la que la balanza se caiga de un lado, y la razón no admitida sería que las vías no están equilibradas, sólo uno se empeña y persigue más, no hay retribución en igual cantidad, y esto trae mucho dolor a quién más persiste, por querer dar una oportunidad a quien no la quiere tener: Hablar sobre lo que se quiere y ser sinceros es lo recomendable.
Hay que respetar las decisiones y los deseos ajenos, basándonos en la sinceridad y colocándonos en lugar del otro, de lo que quiere y lo que demuestra con sus acciones. Que los miedos a la soledad y a creernos pocos capaces de superar una ruptura, no nos lleven al abismo de una relación tormentosa que rompe la cadena de oportunidades para ambos.
El escenario en donde haya empezado todo no importa, porque las percepciones no fallan. Alguien puede darte un panorama sustancial de lo qué es a través de su comportamiento; la forma en cómo se conduce en torno a ti y a tus cosas, te dictarán lo que significas para él o ella.
Es importante tener en cuenta los detalles, las respuestas y las reacciones. Que nuestra filosofía sea la siguiente: TE QUIERO SI ME QUIERES, TE BUSCO SI ME BUSCAS, PORQUE A LA FUERZA NADA…
Un abrazo....
AMR
1 comentario:
Hola Adelaida! ¿Cómo estás? Poniéndome al día con tus escritos... En este último pienso que también debe existir el amor incondicional, ese que no pide nada a cambio y que está ahí y por no pedir nada no ejerce presión sobre el otro y se da sin reservas..., así no más... (hay personas, amigos que se quieren así y vaya que sí).
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