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jueves, 15 de julio de 2010

El ángel y el demonio...


Se pelean y apuestan por interferir en nuestras decisiones. Nos empujan a tomar el rumbo que ellos desean según su ideología… me refiero, a ese ángel que me dicta en cada situación qué camino escoger… y al demonio que con astucia se vale de sus artimañas y de su buena publicidad para dejarme entender que algo que no está dentro de un patrón social… no necesariamente tiene que ser malo.
El primero me aconseja que debo contenerme ante mis impulsos, que debo esperar, ser paciente y no dejarme llevar por las emociones momentáneas. El segundo me señala con gran determinación, que me han regalado el libre albedrío para no sentirme mal, que tengo el poder de elegir y debo usarlo sin remordimientos, porque es un privilegio.
¡Es un dilema!, esas vocecitas retumban cada vez que quiero reprimirme ante algo que quiero hacer, que deseo probar. Me digo a mi misma que no debo porque está mal visto socialmente, pero luego me quiebro de dudas ante la idea de haber dejado ir algo que quería tener, algo que anhelaba tocar… y vuelve la lucha ante el cuestionamiento de lo qué es y no correcto.
Hay cosas que superan a las normas, a las advertencias, a las sugerencias y al mismo rol o etiqueta según actúes. Hablo del instinto, ese que nace de algo inexplicable que flota en nuestro interior y que ni la ciencia puede contradecir, más si importa la convicción de que hicimos algo porque así lo quisimos.
La vida está compuesta de situaciones que la sociedad misma ha querido etiquetar y juzgar según unos principios establecidos por alguien que algún día pensó que estaba mal y que había que corregirlo, pero que no tiene que ser precisamente así.

Probar algo que deseas, tocar algo que anhelas, involucrarte en una situación "reprochable" según los patrones de conductas sociales… es parte de la vida misma y a través de sus experiencias crecemos cuando entendemos que al final… debemos dejar de oír algunas voces y concentrarnos en la de nosotros mismos: ella nos dirá lo que nuestros instintos confirmarán.

Un abrazo!!!


AMR

domingo, 4 de julio de 2010

CON LA CABEZA SÍ...CON EL CORAZÓN NO!!!


Si te dejas llevar de tus emociones, estás permitiendo que tu corazón elija. Cuando ese miembro palpita y se agita ante una situación agradable o fascinante ante sus ojos o pensamientos, te cuento que estás tan vulnerable como una cría ante un astuto cazador. Eres una presa fácil del engaño, de la decepción o del dolor, pero la buena noticia es que esto es parte de la vida y de lo que te formará para enfrentarla.

Caes una y otra vez. Si no aprendes, puede que sobrevivas, pero sumida en un mundo en el que serás tan permisiva, que ya no poseerás tu propia vida… has dejado que algo o alguien la controle, porque no aprendiste de las señales y de las experiencias.

Leerás novelas y suspirarás, libros de autoayuda y dirás: Sí, cuánta razón tiene, ahora voy a aprender, ya no me dejaré, este autor es magnífico, se lo recomendaré a otros que están en la misma situación; pero la verdad es que hasta que no decidas por ti misma dejar de callar lo que quieres decir por miedo a la reacción o a lo que puedas “perder”, nunca saldrás de esa obra teatral que tú misma has montado.

El telón sube, y estás allí de nuevo, ante una cita con la vida, que te exige que reacciones, que te enfrentes a tus miedos y que no permitas que lo pasado entorpezca tu presente… vocecitas retumban en tu cabeza dictándote qué hacer, pero cuando la verdad se asoma…esa que has construido y que sólo te crees tú… echas abajo todo el argumento que tenías preparado… porque tu corazón vuelve a palpitar y todo se va al carajo.

Pero un día, dolorida de tantos golpes, aturdida en el suelo frente al público que ha presenciado tus decisiones emocionales, te quedas fría, lejana y distante… y sales de allí. No esperas a que la obra termine, has decidido dejar todo aquello que te provocó tantas decepciones… te dices a ti misma “Basta”, es hora de forrarlo de un caparazón fuerte, y empiezas a ser otra muy distinta.

Y después de tanto, hasta tu risa ha cambiado: te guardas lo que quiere decir ese miembro que palpita ante un aviso emocional… ahora tus decisiones las mides … las enfocas, porque has decidido ELEGIRLAS CON LA CABEZA …Y NO CON EL CORAZÓN.

Un abrazo!!!



AMR