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martes, 16 de noviembre de 2010

Una luz al final del túnel


Hay momentos que te hacen recordar que existirá siempre una luz al final del túnel; hay minutos o segundos que pueden parecerte una eternidad cuando la situación te hace sentirte disminuido; y hay caminos que parecen inacabables cuando la dirección disponible parece incierta y oscura.

Los cambios son difíciles, suceden por razones que eran necesarias, pero que en el momento de empezar de nuevo a encajar las piezas y a retomar lo que habías dejado, no notamos sus frutos, eso lo percibimos después, en un futuro que nos hace ir atrás cuando los logros se hacen presente… y es aquí, que nos decimos a nosotros mismos, no fue fácil, pero aquí estamos, por la persistencia y los anhelos de salir del cascarón y ver más allá de aquel hueco.

Repasar el trayecto que hemos seguido nos hace aprender que debemos enseñar a otros, que las cosas que se valoran son las que nos han costado esfuerzo y las que hemos ganado por nosotros mismos. Aunque la tarea sea ardua, el sacrificio que hemos de pasar nos hará más fuertes ante los retos y nos hará buenos profesores de los que lleguen a nuestras vidas.

Es fácil darse por vencido, pero es mucho mejor levantarse de nuevo y demostrarnos a nosotros mismos la fuerza interna que tenemos y lo que podemos hacer para salir victoriosos. Que nadie nos haga sentir que se ha acabado, porque cada minuto es un nuevo comienzo en el que llegan nuevas oportunidades con nuevos retos que enfrentar y nuevos personajes que aportarán a nuestro aprendizaje en todos los sentidos.

El trayecto nos ha hecho seres capaces de depurar y quedarnos con la mejor parte y cuando las cosas no vayan bien, si tu corazón es sano y está lleno de buenas intenciones, esa fuerza invisible se encargará de encender la luz para guiarte al camino que habías perdido o que otros te hicieron perder, porque la vida misma es prueba fehaciente de que en donde existe el bien, el mal también se hace presente, pero la luz es más fuerte y hace desaparecer toda oscuridad que intente nublar tus pensamientos y tu accionar.



Un abrazo,


AMR