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martes, 3 de junio de 2008

INFIEL



- !Te he sido infiel!

Los ojos de Alfredo se tornaron más grande de lo normal al escuchar de boca de su pareja que había estado con otro hombre.


- No vas a decir nada - preguntó ella mirandolo a los ojos
- Eso me hace quererte más... porque
- Por qué? - preguntó asombrada Ester, quien ya sabía que la reacción de Alfredo era de esperarse, o quizás su orgullo no le permitía doblegarse y mostrar otra cosa que no fuera "fortaleza".
- Te quiero más porque con esto me has dicho, No estuviste ahí, y, me estás diciendo al mismo tiempo que debo analizar nuestra relación, lo que estoy haciendo yo para mantenerla o perderla.
- Eso es cierto.
- Fue aqui, en la casa?
- seguía preguntando Alfredo, sereno y profundizando lo que le contaba su mujer, con la que tenía más de un año de relación.
- Aqui? No, aquí solamente tu y yo, respeto esas cosas.
- Ok, y quién es él
- No es nadie conocido, es un hombre profesional, ha seguido insistiendo, pero no estoy interesada.
- Le comentaste sobre mí?
- Le comente sobre ti, pero no le dije quien eras, no era importante.
- Gracias.

Allí estaban, Alfredo y Esther, en silencio sentados uno frente al otro, tomados de la mano. Habían compartido algo que los unía más.

Que era lo importante en este preciso instante? El hecho de que Esther le había comentado, que había estado con alguien más, que él sobrepasaba todo eso y el aceptarlo le hacía partícipe aun más de su confianza, de poder entregarse sin temor y de que sean francos en todo momento. Pero sobre todo, de invitarle también a valorar este paso tan importante que solidificaba un vínculo de una relación privilegiada por el don de escuchar y la capacidad de perdonar y dejar que las cosas fluyan en pos del crecimiento.

Esa noche Alfredo se preocupó por los espacios vacios que había dejado, no odió ni maldijo a Esther por su infidelidad, sino al contrario, la amó aun más por hacerle entender que no era de esas mujeres que se sentaría a esperar a quien no llegó.

Los seres humanos debemos entender que las situaciones de crisis no deben asumirse para perder el tiempo en discutir, eso es perder el tiempo. Un diálogo franco puede salvar lo inimaginable.




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