
El hecho de desnudar nuestras almas, puede inducir al temor de lo que pueda pasar, al hacerlo corremos el riesgo de desilusiones, de retribuciones, de fracasos o de triunfos.
Todos las acciones vinculadas al corazón, tienen sus consecuencias, unas serán positivas y otras no tanto, pero lo seguro es… que el descargar, el sacar eso que te oprime, el decirlo, produce un alivio indescriptible y la satisfacción de no lamentarte en el futuro por algo que nunca te atreviste a hacer o decir por miedo.
Llevar a cuesta situaciones y diálogos que deben ser platicados nos envejecen el alma y el espíritu, así que a partir de este nuevo año, exprésate y di lo que sientes sin temor. Recuerda que el llanto y la risa son parte esencial del ser humano y debemos dejarlo fluir.
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