LOS HOMBRES TAMBIEN ABORTAN

La sociedad está preparada para juzgar y sentenciar a las mujeres que en determinado momento, sin planificarlo salen embarazadas y no desean tener a la criatura. Será peor para aquellas que se vean en la situación y además estén solteras, porque los latigazos serán más fuertes.

A la mujer siempre se le ha medido por sus ovarios y por su útero, no por sus pensamientos ni por inteligencia a la hora de querer formar parte del patriarcado imperante que nos dirige.

En el libro "Carta de un niño que nunca nació" de Oriana Fallaci, podemos apreciar este panorama, la presión social que recae sobre una mujer profesional tras embarazarse siendo soltera y las dudas de la misma de tener o no al bebé, los límites que ocasiona un embarazo cuando no hay preparación mental y fisica.

El mundo de cada quien es propio, el derecho a elegir es individual y eso debe respetarse, pero lamentablemente estamos viviendo en un contexto histórico en donde las reglas han sido hecha por hombres y ellos llevan las de ganar.

Lo que Fallaci plantea es que todo esto viene desde atrás, la historia lo dice claramente, el sistema está podrido de reglas sociales impuestas por los hombres y reglas morales impuestas por la iglesia, pero...

A caso es la mujer la única responsable a la hora de asumir el supuesto deber de traer una nueva vida a este mundo? claro que no!

Es imposible que un sacerdote pueda dar consejos certeros sobre el matrimonio si nunca ha vivido una vida de casado; como también es absurdo que un hombre pueda juzgar a una mujer a la hora de decidir sobre la maternidad si nunca ha estado embarazado, pero ni siquiera la palabra existe, sería un error lingüístico decir "EMBARAZADO" o "PROSTITUTO", porque hasta en el lenguaje impera el machismo.

Está más que claro, la sociedad ha querido arrebatarle a la mujer no sólo el derecho de decidir sobre su cuerpo, sino también sobre su conducta y su forma de pensar. El embarazo conlleva una responsabilidad no sólo de la mujer, sino del entorno o del sistema que la educa y del hombre, por supuesto, que deposita su esperma en el órgano femenino y al final la cobardía que los caracteriza se hace presente.

Un lavado de cerebro social y moral es importante para que la mujer sepa cuáles son sus roles en el sistema: estar de ama de casa, tratar al hombre como a un rey porque es "la cabeza de la familia" y es quien trae el pan día a día; estar sujeta y sumisa a las reglas y luego repetir el patrón de mamá, casarse y tener hijos... !QUE TRISTE DEJAR QUE OTROS ELIJAN POR TI".

Una mujer que no se sienta preparada para traer a un bebé al mundo, no debe ser condenada, humillada y maltratada en caso de tomar la decisión de no tenerlo o dudar sobre ello; una mujer soltera no debe ser presionada socialmente al salir embarazada para que aborte, o ser recriminada por no cuidarse ...debe ser orientada y apoyada.

Datos estadísticos, según un estudio del Instituto Alan Guttmacher, indican que el número de abortos practicados cada año en América Latina se encuentra entre los 2.7 y 7.4 millones, es decir, entre un 10% y un 27% del total de abortos practicados en los países desarrollados. Esto parece alarmante, pero no juzguemos, coloquémonos en sus zapatos antes de hacerlo.

No sólo las solteras se practican abortos, el 79% de los realizados, han sido cometidos por mujeres casadas. Muchos dirán, pero por qué lo hacen, no hay justificación si tienen una pareja. No miramos un poco más allá el factor económico, la cantidad de hijos existentes y la calidad de vida que estamos dispuestos a brindarle a las nuevas crías o simplemente el estado emocional de la madre.

Hoy en día, la mujer se ve en la posibilidad de poder avanzar más allá, pero la sociedad la limita cuando se habla de embarazo. Esto le lleva a pensar más en sus posibilidades de crecer como profesional y no como ama de casa destinada a llenarse de niños y seguir las reglas del marido y la sociedad.

A la mujer se le exige a la hora de llenar requisitos para adquirir un rol laboral en la sociedad y además de esto, tiene que renunciar a su actividad, a su personalidad y a su libertad; y al hombre no se le exige en la misma medida, y sin embargo es el que más goza.

La responsabilidad de traer o no una nueva vida a este mundo de buitres no dependen de ovarios y úteros, depende de un engranaje social, del respeto hacia las decisiones individuales, del respeto a la propia vida. Ya han pasado miles de años en donde a la mujer se le imponía incluso hasta pensar, afortunadamente esto está cambiando, un proceso lento de evolución, pero con la seguridad de que la lucha está teniendo efecto.

Cuando una mujer duda sobre tener o no un bebé, no es solamente su responsabilidad, tiene que ver el sistema de valores que arrastra a sus espaldas, tiene que ver con el papel de la pareja y el apoyo de la misma hacia ella, porque cuando el hombre no quiere compromiso alguno, su procedimiento es el de lograr que esa nueva vida no se produzca.

Los hombres también abortan, abortan ideas de comprometerse, de estar listos para ser padres, pero no lo hacen para gozarse en el sexo cada vez que se les antoje.

"Carta a un niño que nunca nació", plantea que la mujer no tiene obligación de guardar luto a millones de espermatozoides, en este punto debe considerarse que los hombres tampoco lo guardan.

Han sido muchas las vidas que han sido abortadas dentro de preservativos de goma (condones); muchos han sido los espermas aplastados por el conocido aparato para evitar embarazos y no se diga de los que han muerto a causa de los químicos de los anticonceptivos, sino hubiese un control, habría un exceso de población humana.

La elección consciente debe respetarse, porque si a caso se presenta un embarazo no planificado, los machos masculinos salen huyendo como gatos asustados y no enfrentan las consecuencias de sus actos. Todo tiene su razón de ser.

Un abrazo!!!

Adelaida Martínez Rosario